Traducción del artículo original de David Nordfors
(Este artículo también está publicado en EJC Magazine)
He dejado de llamar al periodismo “los medios” y de decir “la industria de los medios” cuando hablo sobre las compañías que hacen periodismo y noticias. En su lugar digo “la industria de las noticias” o “la industria del periodismo”.
Todo el mundo sabe hoy en día que la industria de los medios (lo digo intencionalmente esta vez) está enfrentando desafíos. Está trabajando fuerte para lidiar con la Internet.
La teoría de la información nos permite definir a la información sin referirnos al soporte. La tecnología de la información libera al Karma de la carne. La información puede robarse de un medio y copiada en otro. Puede ser procesada: filtrada, distorsionada, mejorada, sintetizada. Puede ser ordenada, comparada, complementada y agregada. Puede distribuirse entre los vecinos o enviarse al espacio. Las diversas capas de información y la maquinaria –originalmente amalgamadas– se deslizan por separado. Lo mismo es válido para las industrias que han estado manejándolas. Estamos siendo testigos del crecimiento progresivo de la revolución tecnológica de la información.
En los años 1980, el software se separó del hardware. El software se convirtió en una industria en sí misma.
En los 1990, los servicios de red se separaron de las redes físicas. Los servicios de red se volvieron una industria en sí misma.
Ahora, el contenido –la narrativa– se está separando de los medios. Lo que conocemos como la Industria Mediática esta en camino de separarse en dos industrias: aquella que provee el medio y aquella que provee la narrativa. La tendencia es un desplazamiento distinto a la integración vertical, donde compañías independientes poseen la cadena completa, desde los periodistas hasta las prensas de impresión y los camiones. Quizás la integración vertical pueda regresar algún día de otra forma: Steve Jobs está demostrando que eso es posible en el ámbito de las computadoras personales.
Pero ahora mismo, la tendencia en lo que ha sido conocido como la industria mediática es separar. Solía ser un buen negocio para los periódicos poseer una prensa de impresión y camiones. Ahora, se está volviendo problemático. Usar combustible fósil para distribuir las noticias de ayer impresas sobre árboles muertos no es un proyecto sustentable. Con la Internet, el juego es diferente. No tiene que ver, definitivamente, con la posesión de hardware, ni es buena idea para las organizaciones noticiosas ser proveedores de servicio de Internet. Ni siquiera es probablemente una buena idea poseer la plataforma de software que trabaje como medio para los artículos informativos. Llenar el sótano debajo de la sala de prensa con ingenieros informáticos es caro; es mucho más econoómico utilizar plataformas abiertas disponibles como Blogger, YouTube o Facebook, que son –probablemente– material confiable, de cualquier manera. Y si el New York Times construyera su propia plataforma, los otros proveedores de noticias no querrían usarla, de modo que el Times necesitaría financiar todos los costos de desarrollo por su propia cuenta: mal negocio.
Las compañías mediáticas están confundidas. ¿Cuál es su identidad principal? ¿Contenido editorial? ¿Mercados? ¿Blogosferas? ¿Redes sociales? El tradicional manojo unificado de medios, contenido y clasificados está derrumbándose; la industria mediática ya no sabe lo que es.
No es que “El medio es el mensaje” de Marshall McLuhan no sea válido para un panorama general. El mensaje es ahora “Internet”. Ese mensaje es tan grande que la industria mediática será completamente reorganizada y –tal como McLuhan sostuvo– nuevos medios están siendo creados rápidamente dentro del medio de la Internet. Están anidando y conviviendo. De modo que ¿está realmente el contenido separándose de los medios, si pensamos en términos de McLuhan? No. El contenido y los medios se están co-desarrollando más que nunca. Pero al mismo tiempo. Sí, la integración vertical entre diferentes niveles de contenido y medios se está disolviendo. La gente que provee YouTube y la gente que produce contenido para YouTube no son la misma organización. La producción de la narrativa no está ligada con la provisión de los medios. Se fueron de fiesta juntos, pero han dejado de estarlo.
Entonces, ¿qué pasa con el periodismo? Sobrevivirá, pero las circunstancias cambiarán. El periodismo no será ejercido por las personas que controlan los medios. No como lucen las cosas ahora. Quizás algunos nuevos medios emergerán algún día y logren hacerlo.
Pero la esencia del periodismo, de cualquier modo, nunca fue la tecnología de comunicación de masas. El concepto más profundo siempre ha sido la atención colectiva. El gran modelo de negocios de los medios masivos siempre ha estado generando y agenciando la atención, lo que yo llamo “trabajo de la atención”. Cuando los periódicos y emisoras venden anuncios, realmente están vendiendo la atención de la audiencia, que fue generada por los periodistas. El modelo de negocio de la atención de los medios masivos tradicionales es: A) controlar un soporte de información que puede alcanzar a las masas, B) generar atención alrededor del soporte a través de la transmisión de información interesante que soporta y C) vender la atención pasando factura a los anunciantes por ubicar su propia información sobre el soporte.
¿Cómo contener y vender la atención? Controlar el soporte ha sido, por mucho tiempo, la respuesta. Esto solía significar poseer una prensa y camiones para distribuir los periódicos o ser el dueño de una radio o un canal de televisión. No todo el mundo podía hacerlo. Requería organizaciones y capital. En la Internet, todo el mundo puede publicar. No se requiere empresas o capital. Aún peor, en la Web la atención de la audiencia se desvía salvajemente. Así que, aún si uno consigue mucha atención, no es fácil reunirla y transferírsela a alguien más. La gente leerá su artículo, disparará sobre algún vínculo que le lleve hacia la página de alguien más y hará clic sobre un anuncio allí. O encontrarán su artículo vía Google y dará clic sobre los anuncios allá. La Internet no promueve los jardines con vallas. Todas son ahora puertas giratorias. Los trabajadores de la atención en la Red de hoy en día se refieren a la audiencia como “tráfico”.
En principio, el periodismo debería estar en mejor forma que nunca. La competencia central de los periodistas es generar atención. Si piensa que suena triste, piénselo de nuevo: es muy rico. Todo el mundo quiere informar a la sociedad, pero solo aquellos que pueden generar la atención son exitosos.
La atención se está volviendo una comodidad crecientemente escasa en un mundo donde el problema no es la falta de información, sino su abundancia. La competencia por la atención de las personas es feroz. Era más fácil administrar la atención en el jardín cercado que entre las puertas giratorias. Vivimos en una economía de la atención, y se está volviendo global.
Cuando la economía de la atención crece, crece el mercado para los trabajadores de la atención, que generen y agencien atención profesionalmente. Los ingenieros y analistas son trabajadores del conocimiento. Un publicista es un trabajador de la atención. Los periodistas son mayormente trabajadores de la atención (ellos son trabajadores del conocimiento si son remunerados por su audiencia y no por los anunciantes). Cuando los periodistas cambian de profesión, a menudo van a las relaciones públicas y las comunicaciones. Los trabajadores de la aten ción y los trabajadores del conocimiento tienen diferentes culturas. La diferencia está en “necesitar saber” versus “desear saber”. Lea más sobre este tema aquí.
La atención pública es un requerimiento para el debate público. La sociedad lo necesita. Sin la atención compartida, será difícil generar un idioma compartido que permita identificar a la gente cuáles temas son importantes. El idioma les faculta actuar. Con todo el mundo tratando de captar la atención de todos los demás, la competencia por la atención pública se ha vuelto aún más interesante.
Al mismo tiempo, la atención es gravitacional. La atención atrae la atención. Todo el mundo está interesado en conocer sobre qué están hablando todos los demás. Esta es la explicación detrás de muchas celebridades y novelerías.
Razonablemente, hay más valor ahora que nunca antes en la generación y gestión de la atención. La competencia es mayor. Hay más voces. Pero eso no significa que la era de los campeones haya terminado y que los movimientos populares tomarán la delantera. Todo lo contrario.
La Internet está creando un mercado global, interconectado, en tiempo real. Pronto, casi todo el mundo estará en línea. Si una superestrella capta la atención de la mitad de una comunidad, ¿será capaz la otra mitad de evitar darle su atención también? Al menos le escucharán con media oreja. Con todas las comunidades superpuestas, añadiéndose a la comunidad mundial, habrá un ecosistema que permita a los protagonistas jugar por la atención globalizada. La Internet puede convertirse en el sistema nervioso de una consciencia global colectiva (aunque cierto número de poderes regionales tratará de evitar que esto suceda).
En resumen, Internet es la más grande oportunidad para el periodismo profesional. Es cierto que ahora que todo el mundo puede publicar, todo el mundo puede ser periodista. Pero no es cierto que todo el mundo será un periodista.
Yo estaba en la primera ola punk rock que llegó a Suecia en la segunda mitad de los años 1970. El punk rock nos contó que podíamos hacer algo mejor que mirar a Led Zeppelin tocar, mucho mejor que pelear con otros miles de fans para obtener un pío de ellos en el escenario. Ahora podíamos ir al club local y mirar a nuestros amigos tocar música rock cruda. Aún mejor: alguien que quería tocar podía empezar una banda. No había competencia natural entre las bandas. Había mucha colaboración. Los instrumentos producidos masivamente eran baratos. A nadie le importaba mucho si tú no tocabas en una guitarra Gibson Les Paul o una Fender Stratocaster. Recuerdo un guitarrista que presumía de tocar en una guitarra “Gippson”. Lo barato era genial. ¿Lo reconoce ahora?
Los blogs son punk rock. Es la blogosfera versus los medios prevalentes. Los reconozco desde los días del punk rock.
Pero en 1976, unos adolescentes en Dublín iniciaron una banda de garaje llamada “U2”. En 1981, la revista Rolling Stone los llamó “the next big thing”. Se volvieron superestrellas. Tal como Led Zeppelin.
¿Quién se convertirá en el U2 de los blogs periodísticos? Ciertamente, sucederá. Hay unos cuantos candidatos por ahora: TechCrunch, VentureBeat, GigaOm, Engadget, Huffington Post. Todos ellos pasaron por ser bandas de garaje que tocaban gratuitamente en pubs locales. Están implementando operaciones comerciales de contratación de gente y trabajando en la búsqueda de nuevos modelos de negocio.
Algunos de estos blogs han conseguido audiencias más extensas que muchos de los llamados “medios prevalentes”. Su estilo está madurando. Están renovando el periodismo.
Todo el mundo puede bloguear. No todo el mundo puede ser periodista. ¿Quién es periodista en la Web?
El periodismo tiene que ver con servir a una audiencia. Se ha trabajado mucho en los principios del periodismo. Quizás estos principios están mejor codificados en Journalism.org. Se incluyen algunos conceptos complicados como “verdad” y “objetividad”, que son muy difíciles de definir. Pero el mensaje general es: No es periodismo si no sirve al interés del lector. Yo me adhiero a esa cita.
Entonces, ¿cómo sabemos si un/una blogger está sirviendo a la audiencia o a sí mismo(a)?
El botánico sueco Carl Linnaeus mostró que era buena idea clasificar las plantas por las características de sus mecanismos reproductivos. Generalmente, un concepto necesita tener un mecanismo reproductivo para sobrevivir. En una profesión o negocio, ese mecanismo implica un modelo de negocio. Sin un modelo de negocio que refuerce el periodismo, el periodismo dejará de existir como profesión. Veamos los principios básicos del modelo de negocio del periodismo.
Hoy en día hay tres principios de negocio para el periodismo: el que vende contenido a la audiencia (por ejemplo, los boletines de noticias), el que vende la atención de la audiencia (por ejemplo, las publicaciones basadas en anuncios), y el que consigue auspicios para distribuir información a la audiencia sin condicionar el mensaje a favor de los patrocinadores (por ejemplo, el servicio público).
Los tres modelos dependen de una cosa: la atención leal de la audiencia. Con el fin de captar la atención leal de la audiencia, el periodista tiene que ser recíprocamente leal a la audiencia. Esta es la diferencia entre el periodismo y las relaciones públicas. Las relaciones públicas trabajan en favor de la fuente. El periodismo trabaja a favor de la audiencia. Si el periodismo pierde la atención de la audiencia, no tendrá clientes. No tendrá auspiciantes.
Para los blogueros aficionados, esto no importa mucho. Ellos publicarán lo que quieran, sin tener que mostrar lealtad a nadie.
Pero si empiezan a conseguir mucha atención, tendrán que escoger si quieren beneficiarse de ello. Si optan por construir una reputación sobre la atención que están recibiendo, pronto se volverán dependientes de ella. Mientras más dependa su reputación de la atención leal de la audiencia, más necesitarán preocuparse acerca de su lealtad a la audiencia. Esto es cierto tanto para bandas de rock como para blogueros. Los rockeros punk originales no alabarían a nadie, incluyendo una audiencia. Para U2, la audiencia es su electorado.
Hasta ahora, un periodista ha sido definido como alquien que trabaja a favor de una organización con un modelo de negocio periodístico. Todas esas organizaciones han tenido modelos de negocio que administran la impresión de periódicos y la emisión –radial o televisiva–, algo que ha requerido considerable esfuerzo y cantidades variables de flujo de dinero.
El Diccionario Oxford en la Internet –askoxford.com– define al periodismo como “la actividad o profesión de ser periodista” y define al periodista como “una persona que escribe para periódicos o revistas, o prepara noticias o artículos para ser transmitidos por la radio o la televisión”.
Hasta ahora, esa ha sido una definición conveniente. Sea que uno sea o no un periodista. El requerimiento es estar conectado a una organización que controla un medio.
Con la Internet, eso no se aplica más. Todo el mundo puede publicar en la Internet. Pero habrá una influyente distribución de la atención (el mismo tipo de curva que la famosa “cola larga”). Algunas personas conseguirán mucha atención. Otros obtendrán atención solo de familiares y amigos cercanos. El periodismo será ejercido por sitios productores de noticias que hayan desarrollado una dependencia de su audiencia, forzándola –a su vez– a ser leal con él.
Por consiguiente, el punto esencial de mantener a los periodistas es la lealtad hacia la audiencia y un modelo de negocios que la refuerce. Ese es el truco para definir el periodismo en los tiempos modernos.
Entonces veamos cómo se dejine el periodismo ahora, en diciembre de 2008. Eso muestra el estado de consciencia alrededor de estos temas.
DEFINICIONES CONTEMPORÁNEAS DE PERIODISMO
La Enciclopedia Británica –en www.britannica.com– sigue al diccionario Oxford: periodismo es “reportar noticias para los medios: la profesión de reunir, editar y publicar reportes noticiosos y artículos relacionados para periódicos, revistas, televisión o radio”.
Es irónico que la Internet no sea mencionada en las definiciones de periodismo de askoxford.com ni Britannica.com . Un reciente reporte de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD) sugiere que hace mucho que ellos están haciendo algo al respecto. Para 2007, 58% de las amas de casa de los países de OECD tenían acceso a la Internet. Corea estaba a la cabeza, con 94%. Economías no mencionadas por OECD, como Singapur e Israel, continúan en la lista, bien por delante de los promedios OECD. 18% de todos los usuarios de Internet de OECD crearon páginas web en 2007.
Los efectos en la industria de los medios crecerán. Japón tuvo 35 millones de lectores de blogs en marzo de 2007, duplicando el número que tenía dos años antes. La publicidad en Internet alcanzó el 7% del gasto global en publicidad, con un crecimiento más rápido que el de cualquier otro medio. Este es un indicador muy importante, teniendo en cuenta que el modelo tradicional de negocio para el periodismo gana dinero por la venta de anuncios.
Puede ser que Oxford y la Enciclopedia Británica estén experimentando un dilema: Decir “José es un muchacho importante, estuvo en TV” convence a la gente de que José es importante, aun cuando el anillo de la importancia ha disminuido desde que han aparecido más canales de cable que gente que los pueda contar. Decir “José es importante, estuvo en YouTube” no es del todo convincente. Pero cuando Barack Obama publica sus discursos en YouTube, fue visto como muy importante. Lección: No se trata de los medios, se trata de símbolos de atención colectiva y reputación. Como los medios se vuelven compartidos por un número creciente de muy diversas marcas, el medio significará menos y las marcas necesitarán significar más.
Parece que la Internet y YouTube son conceptos confusos para la gente que trata de definir el periodismo en términos de medios. ¿Por qué?
Los medios tradicionales, como los periódicos, la televisión y la radio, son todos infraestructuras comunicativas uno-a-muchos. Las infraestructuras son operadas por editores/difusores. Por consiguiente, la infraestructura viene a representar a los editores/difusores en la mente de las personas.
Los medios tradicionales se construyen alrededor de ciertas tecnologías duras, prensas de impresión o transmisores y receptores de radio. Esto limita la información que ellos distribuyen. Los periódicos no pueden distribuir información en tiempo real, video o sonido. La radio y la televisión son muy lineales –ellos distribuyen solo un momento a la vez en cada canal, limitando la visión de conjunto–. Esto provoca que la gente se conecte a los diferentes medios con diferentes tipos de narración de historias: los periódicos son buenos para el análisis, profundidad y extensión. La TV es buena para la visualización, emociones y noticias de última hora.
La Internet no es un medio tradicional. La Internet no inmoviliza la información. La esencia de la Internet, el TCP/IP, no es mucho más que un protocolo para enviar información a través de redes digitales conectadas que hablan diferentes idiomas y usan diferentes tecnologías. En todo caso, rompe los enlaces entre el contenido y el soporte. La visión es que cualquier máquina se pueda conectar y cualquier contenido se pueda soportar. No importa si el contenido es texto, sonido o imágenes. No importa si la información es antigua o nueva. No hay tipos especiales de contenidos o emociones que se vuelvan el carácter de la Internet.
Se trata de paquetes de bits. La comunicación no necesita ser uno-a-muchos. Puede ser uno-a-uno, muchos-a-uno, uno-a-muchos o muchos-a-muchos. No hay obvia conexión entre ella y los editores/difusores. El medio no está controlado más por “los medios”.
La definición de la Wikipedia es ligeramente menos problemática en este sentido: “El periodismo es la profesión de escribir o comunicar, formalmente empleada por las publicaciones y las difusoras, para el beneficio de una comunidad particular de personas”.
Las tecnologías duras de la comunicación de masas se mueven tras el escenario: no hay listado de “periódicos, radio y televisión”. La Internet puede calzar en esa definición, dejando a la Wikipedia mejor ubicada que Oxford y la Enciclopedia Británica.
Pero la Wikipedia cae, en cambio, en otro problema. La Wikipedia define el periodismo como una profesión que trabaja en beneficio de la audiencia. El beneficio de la audiencia está bien. Está alineado con el segundo principio del periodismo del Comité de Periodistas Preocupados: “su primera lealtad es hacia los ciudadanos”. La vida real puede, a menudo, ser más cínica que eso, pero claramente la lealtad es un requerimiento del periodismo.
Cuando la Wikipedia libera la definición de periodismo de la infraestructura de distribución, como periódicos o TV, deja de controlar una discusión importante: el periodismo es una profesión. Quizás la Wikipedia lo compensa afirmando que los periodistas deben estar formalmente empleados por las publicaciones o las difusoras. Esta definición salva al periodismo como trabajo, pero debilita la definición como tal.
¿Es el periodismo una profesión? Dan Gillmor ha argumentado por algunos años que el periodismo se está volviendo un acto en lugar de una profesión. Dan expone el caso del periodismo ciudadano, donde la audiencia se vuelve periodista. Mientras la mayor implicación de la audiencia en el periodismo es indudable, todavía se espera que ocurra el descubrimiento del verdadero periodismo ciudadano. Independientemente del resultado, Dan está criticando fuertemente a la profesión tradicional del periodismo. La gente piensa dos veces hoy antes de usar ‘profesión’ como un componente en la definición del periodismo.
En cada caso, la Wikipedia cae en un error al definir a los periodistas como “formalmente empleados por las publicaciones y difusoras”. ¿Qué pasa con los freelancers?
Todas las definiciones de periodismo –Oxford, Enciclopedia Británica y Wikipedia– confían en una muleta, relacionando al periodismo con sus circunstancias aledañas, antes que refiriéndose a su esencia. La esencia del periodismo no es “la prensa de impresión” o “el equipo de difusión”. La esencia del periodismo tampoco es “empleo”. Estas son las circunstancias del periodismo. La innovación está cambiando las circunstancias rápidamente. Las personas se están confundiendo. Ellas tienen un sentimiento hacia lo que el periodismo es, porque saben lo que el periodismo hace por ellas. Pero no tienen palabras para expresarlo. El reto: encontrar una definición de periodismo que capture su esencia y, a la vez, sobreviva a las circunstancias cambiantes.
Wikipedia captura una parte de la esencia en “comunicar para beneficio de una comunidad”. Pero eso no es suficiente para definir el periodismo. Los profesores, cabilderos y relacionistas públicos también pueden comunicar para el beneficio de una comunidad, pero no son periodistas. La Wikipedia los excluye añadiendo “empleados por una publicación o difusora”. Eso suena como una tautología: es como decir “el periodismo es cuando los periodistas comunican para el beneficio de una comunidad”.
Una buena definición de periodismo lo faculta como profesión, sin definirlo como una. También pienso que es posible definir el periodismo sin adherirlo con el medio que lo soporta. Un buen enunciado definiría al periodismo por su esencia y no por sus circunstancias.
Finalmente, veamos una referencia estándar norteamericana. Merriam-Webster Online juega seguro con muchas definiciones.
Periodismo se define como 1 a: la recolección y edición de noticias para la presentación a través de los medios. b: la prensa pública. c: un estudio académico concerniente a la recolección y edición de noticias o la administración de un medio noticioso. 2 a: trabajo diseñado para la publicación en un periódico o revista. b: escritura caracterizada por una presentación directa de hechos o descripción de eventos sin un intento de interpretación. c: escritura diseñada para apelar al gusto popular actual o interés público.
Noticias se define como 1 a: un reporte de eventos recientes. b: novedades informativas previamente desconocidas para uno. c: algo que tiene una específica influencia o efecto novedoso para prados y jardines – Garrison Keillor>news> 2 a: material reportado en un periódico o diario o en un noticiero. b: materia de interés general. 3: noticiero (una emisión noticiosa de radio o televisión).
El Websters está haciéndolo razonablemente bien. Solo necesita alguna limpieza. Las definiciones 2b –y especialmente 2c– de periodismo continuarán funcionando en el futuro, así como 1c. La definición de noticias también es válida en los casos 1a, 1b y 2b.
Pero el resto pueden dejar de servir a su propósito en un plazo determinado.
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